jueves, 2 de octubre de 2008

Welcome tu Tijuana


Damas y caballeros, welcome to Tijuana,
el lugar más mítico del mundo,
donde las lenguas se aman y se unen
en el "aló", el "oquei" y el verbo "tu bi";

donde existe la zone libre,
la fayuca y los regalitos
pal patrón, la secretaria,
la comadre cachonda, la esposa
y los hijos inaguantables;

donde los pizzeros en moto,
los patrullerons, los taxistas,
los narcojuniors, sus compas
y las señoras con placas de California,
no respetan semáforos ni altos;

amigas y amigos,
bienvenidos a Tijuana,
la ciudad más lejana del centralismo,
donde si saben los clamatos y el parizón,
y florecen los yonkes y los mofleros;

donde las cuadras
son espacios para boticas,
licorerias, casas de cambio,
taquerias, oxxos al por mayor
y restaurantes de mariscos;

donde la comida regional
son la carne asada y la cerveza,
la langosta y los fish tacos,
la ensalada cisars,la pizza
y la comida china dominguera;

bienvenidos a Tijuas,
el lugar de la arquitectura emergente,
de las mujeres que son casas,
muelas que son consultorios
y sombreros que son restaurantes;

el maravilloso espacio
donde las llantas usadas
se transforman en escalones,
en columpios, muros de contención,
macetas y suelas pa' huaraches;

donde el Comité de Turismo
cree que lo único importante
son las torres de la Chapu,
la bola del Cecut, la Plaza Río,
el Jai Alai, la Revu y el Minarete,

damas y caballeros,
bienvenidos a Tiyei,
donde cholos, surfos y panquillos,
narcos, sicarios y judiciales,
hacen del ocio su negocio;

donde politicos y empresarios,
maquiladores y aduaneros,
comerciantes y casacambistas,
loteros policias,
son los verdaderos ilegales;

donde la polka se vuelve cumbia,
el norteño se hace tecno,
los mofleros son escultores,
los pintores son grafiteros
y la cultura está en la Zona Norte;

señores y señoritas,
bienvenidos a Tijuana,
donde se unen compiures y corazones,
las tecnologias nuevas con las viejas
y los burros se rayaron;

el zoologico nortense
donde coyotes y polleros,
la chiva, el perico y el gallo,
Los Tigres y Los Tucanes,
son animales millonarios,

donde la hermosisima Calafia,
reina legendria de California,
primero fue convertida en vino
y ahora,triste y olvidada,
solo es un transporte público;

welcome tu Tijuana,
la ciudad de las luces
y hogar de Juan Soldado,
el santo de los migrantes,
amo y señor de los milagritos;

la casa de la leche Jersey;
del niño con gorrita beisbolera
y sonrisa fortificante,
que suple a las madres
en alimentacion infantil;

donde hacer cola en la línia
pa ir al otro lado de compras
se vuelve un martirio de dos horas
o una agria eternidad de claxon
y agandalles por ganar un espacio;

welcome tu Tijuana,
tierra prometida de migrantes,
nacionales y extranjeros,
donde vale mucho la vida
y la muerte es un negocio;

donde las calles son académicas
cuando un perro atropellado
mueto e hichandose
se transforma diariamente
en una clase virtual de biología;


donde heroes desconocidos
adornan avenidas con glorietas;
donde da igual tener a Lincoln,
Cuauhtemoc, San Rocket o
una escultura incomprensible;

bienvenidos a Tijuana,
la calle, la frase inesperada,
la cachondez y el sistema binario,
el cruce fronterizo y el albur,
el irse pallá y venirse pacá.
Esto es Tijuana.

Roberto Castillo Udiarte, el Johnny Tecate

Golpe Bajo


Hola gente.
Hoy les comparto una lectura simple, pero que nos hace pensar...¿DE QUE ESTAMOS HECHOS? ¿PARA QUE NACIMOS?
Lo tomé de uno de los foros en los que logeo...
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GOLPE BAJO..... DE AMIGO A AMIGO


LO QUE ME ENSEÑO ‘ FIGHT CLUB ’
Por Mike Jollett


“Si estas leyendo esto, el aviso va dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña inútil, es un segundo menos de vida para ti.
¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu vida esta tan vacía que no se te ocurre otra forma de pasar estos momentos? ¿o te impresiona tanto la autoridad que concedes crédito y respeto a todos los que dicen ostentarla? ¿lees todo lo que te dicen que leas? ¿Piensas todo lo que te dicen que pienses? ¿Compras todo lo que te dicen que necesitas?
Sal de tu casa, busca a alguien del sexo opuesto. Basta ya de tantas compras y masturbaciones.
Deja tu trabajo. Empieza a luchar. Demuestra que estas vivo. Si no reivindicas tu humanidad te convertirás en una estadística.”
Estas avisado......... Tyler

“Viejo, veo en el Club a los hombres mas inteligentes y mas fuertes que jamás hallan existido. Puedo ver todo su potencial y como se malgasta.
Maldita sea, una generación entera despachando gasolina, sirviendo mesas; esclavos de collar blanco, los anuncios nos ofrecen autos y ropa, trabajando en empleos que odiamos solo para comprar mierda que no necesitamos.
Hijos del medio de la historia. Sin propósito ni lugar.
No tuvimos una gran guerra. Ni una gran depresión. Nuestra gran guerra es una guerra espiritual.....nuestra gran depresión son nuestras vidas .
Hemos crecido viendo televisión y nos han hecho creer que seremos millonarios, dioses de la pantalla y del rock.
Pero no es así, lo vamos aprendiendo poco a poco. Y estamos muy, muy disgustados”.

Tyler Durden – “The Fight Club”

Yo era muy gordo, hasta que conocí a Tyler Durden.......

Puedes hallar la motivación para ponerte en forma hasta en los sitios mas extraños.
Algunos la encuentran en el consultorio de un medico tras un examen de pecho, una prueba sanguínea o una biopsia. Otros la descubren en una reunión de excompañeros de preparatoria, cuando la mujer que los traía locos no los reconoce debido a la calvicie y la edad.
Como algún escritor ruso diría, la vida llega a una encrucijada cuando la muerte parece mas certera que el sexo.
Yo encontré mi propia motivación en un cine en Santa Mónica, en California.

Este es el punto en el que Brad Pitt se hace presente, sin embargo prefiero hablar de el posteriormente.

Tenia 27 años y trabajaba cientos de horas a la semana en una oscura oficina. Yo, en realidad, no me había preparado para vivir esa vida, pero ya sabes cómo es que una cosa lleva a la otra, serias capaz de vender un riñón a cambio de un cero extra en tu cuenta bancaria.

Mis días transcurrían entre planes de cinco años, reportes de amortización de capital, índices de desempeño, cotizaciones, presupuestos, ordenes de compra, juntas y demás labores de escritorio. Por primera vez en mi vida no tenia mucho tiempo para ejercitarme.
¡Carajo! Ni siquiera tenia suficiente tiempo para dormir y trabajar. ¡ Y comer!

¿Por qué hay tantos eventos de oficina en los que interviene la comida? Ese jarrón con toda clase de dulces que tiene la secretaria en su escritorio. Donas en las juntas matutinas. Comidas con pollo empanizado y puré de papas en el club. Cenas ejecutivas con enormes filetes.
Es como si intentáramos satisfacer un apetito existencial, intentando llenar el oscuro vació oficinista con caramelos, Kisses de Hershey´s y canastas con muffins.

La gente come en las oficinas por la misma razón que bebe en un bar: para olvidar que esta ahí.

No se cuando perdí la chispa. En la pista de carreras de la universidad, yo lo podía todo -era campeón de los 10,000 metros, un tipo esbelto de 67 kilos corriendo vertiginosamente a través del ovalo para brincar (400 metros en 70 segundos) . Cuando tenia esa edad, aquellos que formábamos parte del equipo de campo-traviesa, aquellos que corríamos 20 kilómetros por día y cenábamos montañas de comida por las noches, nos sentíamos como unas bestias salvajes. Como si hubiésemos nacido para brincar cerros. Tal vez era parte de una fantasía adolescente estúpida, pero sentíamos que empujábamos los limites de los mortales de una manera definitiva.
Todo aquel dolor y torceduras, el cansancio y la excitación.....¿hasta donde podíamos llegar exactamente? ¿qué tan rápido podíamos correr en realidad? ¿cuánto podríamos soportar?.
Era necesario averiguarlo..... y comprobarlo.

Pero a mis 27, después de tres años del purgatorio oficinista, es decir tres años de cenas, juntas, almuerzos y bebidas, había subido a 100 vergonzosos kilos. Sentado ahí, escuchando a esos tipos maduros bromear acerca de sus esposas, entre martini y martini, me sentía enjaulado, atrapado, viejo, cansado........y gordo.

Con frecuencia me encontraba recorriendo a paso lento aquellos corredores invadidos por una luz intensa, fluorescente y todopoderosa, con enormes y pesados bultos de papel destinados a alimentar una fotocopiadora o nutrir algunos otros reportes para el jefe.
Una enorme panza colgaba de mi cinturón mientras que yo únicamente me dedicaba a discutir acerca del presupuesto de algún proyecto supuestamente muy importante:
‘¿ya vieron estos números idiotas?
De vez en cuando podía ver mi reflejo en los cristales de las oficinas y me preguntaba quien diablos era aquel hombre obeso.

Entonces ocurrió. En aquel cine de Santa Mónica. El club de la pelea. Sé que suena tonto.
Se que debió haber sido el nacimiento de mi primera hija o algo o así, pero fue El club de la pelea.

Recuerdo haber visto a Marla Singer ( interpretada por Helena Bonham Carter) con su delineador tosco y su cuerpo contrahecho. Lucia tan sucia y desparpajada, sexy y pobre.
Y Tyler Durden (Brad Pitt) vivía en aquella casa abandonada localizada a la mitad de la nada, junto con el narrador anónimo (Edward Norton).
Lo único que hacían era pelear, causar desastres, ejercitarse y burlarse de los autómatas que habitan en las oficinas.

Y aunque todo acabo miserablemente –pero de un modo triunfante- con aquella canción de los Pixies que servia de fondo a la demolición de esos rascacielos, Dios, mi vida lucia tan aburrida comparada con la de ellos, tan despreciable, tan conformista, tan vacía........
Pensé :”¿qué demonios estoy haciendo con mi vida? ¡tengo 27 años!”
Vi la película cuatro veces en una semana. Y entonces estalle. Renuncie a mi trabajo, corte a mi novia y comencé a ejercitarme. Corría, nadaba, levantaba pesas, bebía licuados proteínicos y comía manzanas.

Mi rutina era básica. Era física simple: si quemo mas de lo que consumo, mi cuerpo comenzara a metabolizar la grasa.

Tenia que ser así. Concluí que mi peso y mi metabolismo me permitían quemar 2,500 calorías al día. Así que me propuse una dieta de 2,000 calorías diarias y me ejercite como loco. Cuatro carreras por semana (100 calorías por cada kilómetro y medio), tres nadadas (100 calorías por cada 15 minutos), cuatro sesiones de pesas (300 calorías por hora, además de musculatura). Me asegure bien de nunca superar un déficit de 7,000 calorías por cada semana (que es lo mismo que un kilo de grasa) ya que tu cuerpo reacciona violentamente cuando haces ese tipo de cosas.
Era tedioso al principio. Las carreras eran penosas, siempre acaba adolorido y me tobaban demasiado tiempo. Era hora de tomar una decisión: el plan seria mi prioridad –era mi única obligación-.
Todo lo demás en mi vida tenia que encajar alrededor de ese plan.

Después de un mes, una vez que el shock inicial había pasado, una vez que mis pies tenían callos y mi cabello se había vuelto grueso gracias al cloro, el plan se convirtió en algo mas.
Un reto. No del tipo ‘vamos, chico rudo. Vengan a sentir mis muslos’. Mas bien era algo difícil que tenia que lograr. Porque, si piensas en ello, era bastante absurdo.
Hombres adultos corriendo en el campo, sin motivación, sin que nadie los persiga, levantando objetos pesados sin motivo aparente, nadando de un lado a otro a través de un rectángulo lleno de agua y químicos. Es algo que obliga a que te preguntes, mientras realizas estas tareas: ¿qué tipo de persona hace algo así?
Con el tiempo, la respuesta se hace obvia, aun cuando es algo que solo sientes en tus huesos: Porque es algo para lo que nací.
Para esto fue hecho mi cuerpo.
En cuanto al trabajo de oficina y los reportes eternos: ¿realmente fui hecho para esa basura?
Cuando el dinero que había ahorrado se termino, comencé a trabajar como carpintero, caminando con un cinturón de herramientas todo el día, manejando un camión de cinco toneladas y familiarizándome con los departamentos de Home Depot.
Me gustaba que me pagaran por sudar.
La gente con la que trabajaba no comprendía la razón por la que me deslomaba con ellos en vez de hacer mi cómodo trabajo de oficina. “oye universitario” me decían. “¿crees que puedes arreglar el marco de esa puerta? ¿te enseñan eso en la escuela?”
El trabajo en si presentaba sus beneficios. Al final del día, cuando la espalda me dolía y mis manos ardían por los golpeteos de martillo o el esfuerzo con el destornillador, sentía que me había ganado el derecho a un trago. Además hay un cierto orgullo masculino en eso de estar todo el día serruchando duros trozos de madera. Pero, por su parte, se trataba de una actividad realmente monótona y para nada aspiracional.
Lo hacia por las posibilidades que ofrecía. Por la idea de que puedes agitar tu vida como a una lata de refresco y arrojarla contra la pared.
Que sin importar las prisiones que nos construyamos –un trabajo horrible, tu barriga, un matrimonio infeliz, una adicción, ese tipo de cosas que nos absorben y nos obligan a despertar sudados en la madrugada pensando: “¿cómo me metí en esto? ¿qué hago para escapar?”- todas son transitorias.
Para mi, y tal vez para todo el mundo, la respuesta es : Solo aléjate. Destruye todo.

En seis meses había bajado 24 kilos y tenia todas las ventajas que acompañan al ejercicio: mas energía, confianza, mejor sueño, menos estrés...
En lugar de la panza, tenia el abdomen que poseía en la universidad. También estaba en bancarrota, soltero y había abandonado lo que alguna vez había parecido un futuro prometedor. No me importaba en lo absoluto. Mi vida estaba en otra parte, no ahí.

Conocí a una mujer en Las Vegas.
Intercambiamos números telefónicos, y cuando regresé a Los Ángeles le llamé. Me invitó a su departamento, un basurero en Culver City retacado de botellas vacías y carteles de Liz Phair. Cuando entré, ella estaba sentada en un sillón –flaca, ojos enormes, sin muchas tetas, con la blusa desabotonada, el cabello sucio y mucho delineador. Mi propia Marla Singer.
Casi lloro.

“¿Has visto esta película?”, me preguntó apuntando hacia la televisión. No podría haber inventado esto : era El Club de la Pelea. La escena en la que Ed Norton finge una pelea con su jefe para provocar su despido. El tipo destruye toda la oficina, cortándose las manos, la espalda y la cara con el vidrio destrozado de una mesa elegante. Luego sale de la oficina silbando, empujando un carrito repleto de artículos de oficina, con una enorme sonrisa en el rostro y sangre escurriendo de su camisa.

Fantástico.

Lo sé, puede sonar infantil. Quizá. Pero sea cual sea la motivación, una vez que comencé a tomarme el ejercicio más en serio, me sentí mas vivo.
Sentí que mi vida tenia posibilidades.
Era más fuerte. Nada es tan básicamente transformador y regenerador como estar en forma de nuevo. Tiene un poco que ver con el azúcar de la sangre, la presión sanguínea, el metabolismo y las endorfinas. Cuando estás sano te sientes mejor.
Puede que tu profesor de educación física te lo haya dicho, pero es algo que te da la sensación de que si puedes cambiar tu cuerpo, puedes cambiar lo que sea. Sientes los músculos trabajar debajo de tu ropa y recuerdas que eres un animal y que a los animales no les gusta estar encerrados.

El hecho es que vamos a morir y no importa si tu gusto en cuanto a vinos, ropa, autos, mujeres y comida es refinado. Todo eso es bueno, pero no hay modo de escapar a la realidad de que tu vida comienza y termina con tu habilidad para hablarle con confianza a ‘esa chica’, sonreír a pesar de las noticias fatales, levantar objetos pesados sin esfuerzo, nadar grandes distancias, destrozar vidrios, correr por las planicies y cazar una gacela.

Es necesario llenar ese vació de algún modo y no se puede con una simple pizza.

PD.
Películas que inspiran:
¿Karate Kid y Rocky te inspiraron para ejercitarte? Claro que sí, y está bien que lo admitas.
Estas son otras películas que pueden fomentar algo bueno en ti.

--Si quieres renunciar a tu trabajo ve ANIMAL HOUSE
En realidad se trata de una excelente propaganda en contra de la responsabilidad. Aunque no renuncies mañana mismo, por lo menos mete un caballo a la oficina de tu jefe.
Es un buen inicio.

--Si quieres superar a tu ex ve SWINGERS
Mike Peter (John Favreu) rompió con su novia y ahora es patético. Y tú te darás cuenta de que también lo eres. Alza la cara y date cuenta de que eres un buen partido. Solo que no lo sabes.

--Si quieres hacerte escuchar ve NAPOLEÓN DYNAMITE
La lección : la conformidad es para perdedores. Defiende tus pasiones y nunca acabarás mal, aunque eso signifique vestirte ridículamente y bailar como chimpancé en público.

--Si quieres resolver una crisis de identidad ve THE INSIDER
Son 157 minutos de Al Pacino y Rusell Crowe compitiendo para ver quién puede hacer lo correcto de la mejor manera. Siempre te debes preguntar.
¿vale la pena?

--Si quieres darles su merecido ve WALKING TALL
Pero ve la versión original de 1973 con Don Baker. Se meten con su familia y con su rostro. El se venga con un bate.
Manda un mensaje a tus enemigos; se arrepentirán de dejarme con vida.






©Traslade for David Durden, el Sr. Double D, México City, julio 18 2008, 12:00 a.m.