miércoles, 16 de diciembre de 2009

Lo que Californication me ha enseñado del amor



Cuando veo los -hi5-, -facebook- y fotos de momentos felices de mis compañeros de universidad, ellos tienen imágenes de sus bodas; yo tengo imágenes de borracheras y viajes. Fotos de sus hijos contra mis fotos de ballenas, paisajes, ciudades...
Son vacaciones e iré a visitar a mi familia, las constantes preguntas de "y ya te casaste?""cuando traes a la novia?""y tu para cuándo?", ¡créanme! no solo asaltan a las mujeres.
Sinceramente no me veo casado...al menos no en el corto plazo. Hay otras cosas que me preocupan, que quiero para mi vida. Que no estoy diciendo que desee una vida solitaria (aunque en ocasiones parezca todo lo contrario).
Desde hace unos meses, me he hecho fan de la serie Californication -llevada hasta mi pantalla por Series Yonkis-, y lo traigo a colación, porque cuando veo el amor que Hank Moody (el protagonista, mezcla perfecta de Homero Simpson con Charles Bukowsky), tiene por su hija Becca, sé que cuando engendre abriré otra dimensión del amor. Aquella en la cual el objeto de mi amor, estará más allá de mi mismo.
-Brindo por el inconmensurable amor de los padres, digno, hasta del viejo Mulder-

1 comentario:

EL GATO AZUL EN TIJUANA dijo...

El amor que los Padres ...que te digo ... simplemente es el momento en que la vida de un ser humano gira 180 grados ...

Inmenso el amor ...